sábado, 22 de enero de 2011

Publicistas

De profesión, guapa. Sonrisera, tentadora, sugerente y evocadora. Pluriempleada. En un mismo trabajo, todos los trabajos. Al menos eso dicen las miradas de ellos y de ellas que desean o envidian o desean y envidian excitados y confusas. Las convenciones dirían que sería modelo si fuese modelo. Lo es la chica a la que le hicieron las fotos. Yo soy solo su imagen y vivo en la marquesina de una línea de autobuses de un tiempo a esta parte.

Naci con los ojos a medio abrir y con el cuerpo a medio desnudar. Se me resbalan los tules encarnados por uno de esos cuerpos que marean y solo la pericia de mis brazos evitan que mis pechos sean de dominio público. Más abajo sobre fondo blando reposa un frasco pequeño en el fondo y grande en la foto, poligonal, acristalado. Los ultimos pliegues de mi vestido traidor dibujan un nombre francés. Qué bien tiene que oler Francia.

Brígida. Se llama Brígida, pero le gusta que le llamen Brigitte y solo sus padres osan contrariarla. Sus ojos de mar se galernan cuando los cielos le llevan la contraria. Y solo cuando duerme, los océanos se aplacan y se refugian tras unos párpados quebradizos, somnolientos y mortales. O eso creo yo porque no la conozco, porque no soy yo ni me parezco, porque ella es hermosa en todas las dimensiones que conocen los hombres y yo solo lo soy en dos. Porque no se a que coño huele el perfume que me da sentido. Lo del nombre lo se por un par de ejecutivos que se me embobaron un idus de marzo, mucho más pendientes de mi carne que de mi espíritu, renegando de cotizaciones y aparcando reestructuraciones de personal. Se llama Brigitte. Brígida respondió el otro y después callaron hasta que llegó el autobús y se les despertaron los sueños. Luego pidieron un taxi y no volví a verles. No pude preguntarles como me llamo yo.

Pienso y no existo y eso me molesta porque no era así como dijeron que eran las cosas. Pase lo de no poder hablar, pase lo de asistir al maravilloso espectáculo de la vida sin que nadie gire la cabeza y te diga si te vienes. Pase que en la otra vitrina de la parada se hayan sucedido carteles de cine con bebes comestibles, ancianos de dentaduras nucleares y mujeres con perdidas de orina. Pero lo que no tiene perdón de Dios, que ya de por si es de poco perdonar, es lo de que seis meses después se me mantenga en este mismo sitio sin que nadie tenga en cuenta que lo que quedaba sexy en abril da un frío insoportable en diciembre y que nadie sale semidesnuda a la calle por muy buena que se esté sin el galante abrazo de un abrigo que reserve las tentaciones para habitaciones con calefacción y camas con mantas.

Y el remate fue en noche vieja cuando aquellos operarios se trajeron al hombro como en tantas ocasiones un compañero de fatigas que resultó ser la foto de mi vida. Aquellos hombres taciturnos de países lejanos y uniforme azul desplegaron ante mis entrecerrados ojos al más azul de los príncipes que los cuentos de hadas no se atrevieron a contar, con su vientre olímpico, su sonrisa de plata y aquellos hombros atlánticos que de grandes no cabían en el cristal. Por que Andersen necesariamente tuvo que pensar en efebos como este cuando se puso a imaginar maneras de despertar a princesas perezosas o a príncipes traviesos.

Lo que es yo, supe nada más verla que en aquella mirada se escondían todas las chimeneas del mundo y se me calentaron los ojos y otras entrañas (que no los brazos) y me enamoré como una tonta, que para las cosas del amor lo mismo da ser plana que voluminosa. Lo suyo eran los calzoncillos. Lo mío, los aromas. Aquello tenía que funcionar y nunca podrá nadie echarme en cara que no lo intentase. Primero fueron tímidos parpadeos que casi parecían un tic de lo leves que se insinuaban. Después fueron ostentosos guiños envueltos en pestañas. Golpee el cristal con mis nudillos de porcelana y le di la espalda por despecho. Nada. Luego vinieron las armas de destrucción masiva y una noche, sosteniendo mi descaro por las tinieblas, deje que mis brazos por fin dejasen de hacer de percha. Cayo el vestido sobre el frasquito de perfume y sobre un fondo blanco que resaltaba que estaba morena pese a no haber recibido gota de sol en mi vida, traté de ser la mujer más guapa del mundo en la noche más fría de la historia. A el no se le dilataron las pupilas y a mí no se me enardeció el pecho. Llore como una tonta, recogí mis ropas ultrajadas y llore sobre el frasco. Se apagaron los colores. Se oxidaron los dorados.

Si ya lo sabía entonces por qué lo hice. Pues porque saber nunca es suficiente, porque detrás de las mentiras se esconden las verdades y mas vale ciento volando que una en la mano. Sin más público que los murciélagos y la triste silueta de las farolas, salí de mi jaula de oro y muerta de vergüenza, bidimensional y desropada, me acerqué hasta aquella sonrisa tan falsa como las fábulas y besé sus labios de cristal. Y estaban muertos solo porque nunca habían vivido porque por lo visto, solo las fotos pueden ser más frías que el invierno. Yo que nací con el corazón aplastado además tuve que escuchar como se rasgaba. Dos pedazos de papel grana quedaron expuestos al capricho de los vientos o de los barrenderos . Los que miraron mi anuncio a la mañana siguiente encontraron una vestido arrugado, un perfume gris, unas letras sin lustre. Las perdices durmieron tranquilas esos días.

Vine a tu isla. Hace calor, aunque el frío no se quita…

2 comentarios:

humo dijo...

Hola, náufrago.
Puede que guapas como esa tengan todas el mismo destino.
A ver qué se te ocurre, si se te llena la isla.

Siri dijo...

Soy catalana!!............y tu has estado agudo con tu comentario en el blog de iturralde?iturriaga?elgorriaga?leche Pascual con chocolate?........tengo Esclerosis multiple....y además de tomarme unas cuantas rallitas... Éxtasis...mdma...durante unos cuantos años.... Me he atiborrado a café ,nicotina,bebidas gaseosas y otros encantadores productos que desde que hace un año no he vuelto a probar...las lesiones cerebrales ...varias que tengo......Milagro!!!!han desaparecido...ave Regina!...por eso me desquicia cuando el rebelde de la clase...que también fui yo!....sacia su ego diciendo sandeces...para crear controversia y así existir.... Ya me he calmado...bona nit!

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