miércoles, 6 de enero de 2010

Salmo

Yo soy Joseph. Joseph Cartaphilus,. Se pronuncia Yosef, pero al escribirlo no hay rastro ni de la i griega ni de la efe y e da miedo pensar que no sean la misma persona, que Yosef deteste a Joseph, o incluso, que no sepa quién es o cual es su teléfono móvil. O ya la hostia, que tu quieras al otro, al que no soy yo, que, por otro lado, no se quién es. Yo tengo nombre, pero no tengo letras. Yo tengo apellido pero nadie lo pronuncia cuando corresponde. Cartaphilus. O Cartafilus y estamos en la smismas. Si tu lo dijeras, si yo lo escuchara, todo sería lo mismo, pero no tendría nada que ver.

Tu eres Ella. La mujer sin nombre a la que no dejo de nombrar. Vives cerca y sin embargo no vives porque no estas aquí y no me abrazas ahora.

No existe un nosotros. Aún somos dos párrafos. Aún hay espacio, doble interlineado para más señas, no somos una frase, tampoco tenemos una canción, ni se como suenan tus suspiros cuando te muerdo con ternura los pechos. Eso jode cuando estas fuerte y destruye el resto de los días, los de diario, los que no son tu cumpleaños...

No necesito murallas, no puedo echarle la culpa a las fronteras,o a otras minucias, a la desgracia de que seas lesbiana ni a la conjura de los elementos en mi contra. El viento sólo es un suspiro, el océano apenas una gota. Entre tu y yo solo nos separan dos letras, yo, si contase las del apellido sería demasiada separación y Joseph no tendría sentido, así que no lo hago. Yo soy suficiente distancia por mi mismo como para sumar genealogías...

Porque yo te diría todos los puntos suspensivos del mundo, yo lo haría, pero tendría que ser una mañana clara, en que el mar estuviese tranquilo y el viento adormilado y la arena templada y solo hubiese dos nubes en el cielo, (orondas y blancas, levemente grises en las junturas), y tu te hubieses despertado descansada y yo hubiese amanecido sin legañas. Un día en en el que las naranjas estuviesen lo suficientemente dulces y la mantequilla de las tostadas se hubiera fundido al primer mordisco. Que no se cayeran migas y no hubiéramos comprado el periódico. Un día en que el agua del grifo no saliese demasiado caliente ni demasiado fría y que no me cortase al fregar los cuchillos, que tu no encendieses cigarros ni yo picase entre horas. Los libros habrían de ser agradables y un tanto neutros y la conversación precisa, sin palabras de menos, sin palabras de más. Un día sin calendarios y sin esquelas, sin equipajes, sin tengo que. La cerveza espumosa y fría, tus pies descalzos y cálidos, y tu, desnuda al salir de la ducha. Siestas, soles suaves, pereza sin aburrimiento, caricias sin arañazos. La noche clara y el mar espeso, con luna y con estrellas y con los sonidos perdidos de instrumentos sin palabras y tu, eterna, y yo, fugaz, pero muy contento y muy tranquilo.

Entonces, solo entonces podría decirte todos los puntos suspensivos del mundo.

Sólo que aún no ha pasado esa mañana y yo no he dicho....

Podría rezar, podría rezarte. Y empezar "tu que quitas la angustia del mundo, ten piedad de nosotros", pero las plegarias nacieron para ser dichas, no para ser escuchadas. No me oirias. No vendrías a salvarme. Nunca han funcionado así las cosas con los dioses de por medio.

Posiblemente queme estos renglones, posiblemente no me atreva a envíarte, estas palabras que no dicen nada. Por que cómo decir, por que cómo expresar. De esas palabras no hay regreso ni vuelta atras. Intuyo que de lograrlo, solo morirse tendría sentido.

De hecho soy yo el que me enciendo los cigarros, el que mira las brasas del pitillo algo distraido, el que acerca la boca del mechero a la esquina del papel. El que estos mismos instantes, las quema, se quema, el que se calla un día más.

Ya solo suena el fuego.

8 comentarios:

Tesa dijo...

Es lo que tiene internet, que de ilusión también se vive.

(Muy bueno el texto) Feliz Año.

Dama del Pozo dijo...

Estimado Sr. Cartaphilus:
Como dijo aquel poeta... "hasta los huesos, sólo calan los besos que no has dado".

Le sigo a usted, con la esperanza de que algún día pronuncie mi nombre y me libere por fin de la angustia... pero claro, no tendré tanta suerte de que sea usted el naufrago que busco. Hay tanto mar y tantas islas...

Por desgracia, mi naufrago me ha desterrado al olvido y como usted, prefiere la distancia. Y mientras estoy aquí, pienso que qué será peor si que me olvide del todo o que finalmente un día llame a mi puerta.

Hoy por hoy, sé que no puedo pedirle mucho...pero me conformaría con que me hiciera saber que algunas noches (no hace falta sean todas) piensa en mí y sonríe antes de dormir.

humo dijo...

No sé qué es peor: soñar con la felicidad o haberla vivido ya.
No sé qué es mejor: la esperanza o el recuerdo.
En cualquier caso, nadie ha dicho que la vida sea así o asá: todo depende.
Un beso.

lonely seagull dijo...

Mientras leia su texto he desaparecido de mi mundo y he ido navegando en sus palabras deseando probar su isla.
Bonito texto.

Ander dijo...

Yosef!!! me has vuelto a leer mis ilusiones y me he sentido primera persona de este texto, me ha encantado leer que alguién más tiene su Maga y la tinta se pone melancólica cuando su mirada se cruza mitad Flashback, mitad Deja-vu

"Si tu lo dijeras, si yo lo escuchara, todo sería lo mismo, pero no tendría nada que ver."

Algún día tendremos que hablar de todo esto que te leo...

cuidate!

Anónimo dijo...

"Las plegarias nacieron para ser dichas, no para ser escuchadas"... Cierto.

Pero los puntos suspensivos, señor Cartaphilus, no se dicen. Nunca. Si los pronuncias, si los llenas de letras que forman nombres, palabras, líneas, párrafos... nunca podrían ser interpretados y leídos según lo que a cada corazón le conviene. Y entonces perderían su magia. La magia de convertir la realidad en sueño y lo imposible en probable. ¿Qué es un suspiro sino una sucesión de puntos suspensivos?

Ligeia dijo...

Vivan los puntos suspensivos, las palabras que no se dicen, las murallas han de caer (todas tienen el tiempo contado, si no vea Usted Troya) y el crepitar del fuego.

Ah! Si no le gustan los interlineados o los párrafos separados, ponga de su parte. Acorte las distancias.

Ana di Zacco dijo...

Le he leído todo seguido sin respirar, con eso lo digo todo :)
Nibugist.

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