martes, 2 de septiembre de 2008

Pendejadas

Cuando miro veo una maraña de islas y mi vista no es capaz de desentrañarlas. Todo es inutil que diría el suicida.

La Isla que Todo lo Ve no es más que un ojo al que las gaviotas enferman de conjuntivitis. Detesta las mareas que lo irritan y por las noches, cierra.

El Atolón de los Hombres Perfectos esta desierto desde hace un millón de años.

La Isla Esférica es un balón de futbol que quince mil niños paquistaníes elaboraron con sus tiernas manitas a mayor gloria de una firma deportiva. Tan cansados quedaron que se durmieron en la cima de la pelota y un vendaval los arrastró hasta el mar. Torturan mis noches con incontables gritos y juegan a todo menos al futbol. Ya se harán adolescentes, ya.

Dice una nube que ella también es isla, aerea para más señas. Dice una piedra que por qué no puede serlo ella que es corpórea. Dice la nube que una cosa tan fea no puede ser isla. Dice la piedra que fea lo será su puta madre, que ella es hija de montaña y nieta de cordillera. Dice la piedra que será hija de lo que quiera, pero bastarda en cualquier caso. Menta la piedra al cielo y la nube le orina lluvia en sus mismos ojos.

Hay un Islote que quiere suicidarse. Todas las mañanas hace amago de dejar de nadar y se sumerge y cuando le falta el aire se asusta y vuelve a subir. Sus pobladores están hartos de las zambullidas irracionales y han puesto una reclamacíón a la Comisión Ética Insular que hasta la fecha no ha recibido respuesta.

Y luego está la Isla Más Pequeña del Mundo. Es microscópica y solo pueden verla ojos muy avezados o prismáticos muy ambiciosos. Curiosamente está habitada por millones de seres gigantescos de voces tan leves que no se que quieren decirme. Igual me advierten que deje de fumar cosas raras cuando miro al horizonte y yo les hago caso y me voy callando poco a poco y acabo por ver únicamente a la única isla, con sus firmes tetas, su pelo rizado y su sonrisa flotante, y me quedo allí, a la deriva, ensimismado, bobo....

8 comentarios:

Bito dijo...

Increíble el mundo que habitas Joseph (no sabes cuánto me cuesta todavía llamarte por este nombre) con todas esas islas tan dispares como la propia imaginación.

La nube como isla me gusta. La piedra como bastarda, también.

Arcángel Mirón dijo...

Es que ya no sé qué decirte, Náufrago.

Quisiera irte a visitar, pero me da miedo la idea de no encontrar el camino de regreso, y de quedarme náufraga yo también, pero en vez de ver islas y nubes y piedras repletas de todo eso que ves vos, ver islas y nubes y piedras simples, anodinas.

Y eso sí que me desesperaría.

Ana di Zacco dijo...

Me daba leyéndole que, si Lewis Carroll levantara la cabeza, se lamentaría de no haber ideado para Alicia una isla como esas que vé usted, donde gigantes habitan diminuteces y así.
Pruebe fumando tomillo, a ver qué se ve y no deje de contárnoslo :)

Pi dijo...

Me acabo de enamorar del nombre de tu post, de tu isla suicida que se asusta, y de las demás. Qué rico ser esa isla a la que miran embobados los náufragos.
Un saludito!

humo dijo...

Mira que puedes ser divertido.
Mira que sabes tocar todas las teclas de la emoción a base de juntar palabras a tu antojo.
Mira que tienes técnica.
Porque no te pones, que si no...

Anónimo dijo...

Me ha gustado este relato tan ágil y fresco.

Pero ¡ay! ¿ven mis ojos al escribir este comentario "una botella dijo..."? ¡Qué frase tan "políticamente" incorrecta! Hubiera preferido ser piedra, caracola o almeja, incluso hasta "zapatera", pero... ¿botella?

Saludos.

Anónimo dijo...

puedes escapar de la isla soñando, si algún día te lo propones, claro. tienes todos los ingredientes... y el viento a favor.

por cierto, a los cosedores de pelotas les robaron la adolescencia, no pasarán por eso, ni por muchas otras cosas.

salud-saludos

irene dijo...

Curiosas tus islas, bonitas, unas mejor que otras, para qué negarlo. Hay miles de islas, muchas veces una por cada uno de nosotros.
"Pendejadas", me gusta la palabra, tenía unos amigos mejicanos que la utilizaban mucho, a mí no me parecen pendejadas tus islas.
Un abrazo, naúfrago Joseph.

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