lunes, 7 de abril de 2008

Contratos

Transcurrida la cuarentena consiguiente a toda primera impresión, me reconozco totalmente perdido y enamorado de la Náugraga de la Isla y como tal, le envío una botella que no puede decir una cosa distinta que.....


Tu me has enseñado la luz.


Que descubre el perfil de las cosas.

Que ahuyenta el rostro más enfermizo de la soledad.

Que se regodea en la imagen de tus universos desvestidos.

Que me dice donde esta el norte, donde cae la Osa Mayor, donde quiero estar.

Que me calienta las arrugas y me deshace los miedos.


Y ella me envía una botella que no puede evitar responder......


Tu me has enseñado la oscuridad.


Que nos guarda de los monstruos y de las angustias.

Que esconde nuestro lecho de las miradas culpables

Que nos enseña la última palabra de los cometas

Que me permite sorprenderte cuando te robo besos

Que no nos engaña con las apariencias. Solos tu y yo, infinitamente oscuros.


Y así dejamos pasar el rato a falta de sexo. No digo yo que no eche en falta arrancarle ropa a tirones y decirle insentaces mientras le miro fijamente a los pezones, pero a falta de pan buenas son tortas que diría mi madre. Mi padre me decía que solo permanece lo que queda por escrito (era contable). No se si se refería esto, pero imagino que estaría orgulloso. Quede pues sellado lo que en su momento fue escrito Palabra de alcohol...

10 comentarios:

Arcángel Mirón dijo...

Brindo por tu amor a distancia (que la distancia es una broma, no más).

Una vez leí que "hace falta algo de luz para engañar o para esconderse". Supongo que tu Náufraga lo leyó también, porque te sintió y se acordó de eso.

Chan ta ta chan dijo...

A ver... si nos bebemos todas las botella para conseguir sobres, todo lo que dice es poco...

so chuzo!!

Benjuí dijo...

Construye una barca

¡Ya mismo!

Y déjate de insensateces.

sergisonic dijo...

"Mi padre me decía que solo permanece lo que queda por escrito (era contable)".

Mira que a mí lo "contable" me asusta, pero aquí... Aquí la clava. Lo escrito, y no necesariamente en papel.

Viva las botellas.

Anónimo dijo...

Eso es el amor... Luces y sombras.

Lo difícil es acertar con las dosis correctas de cada una.

María dijo...

Vaya, se nos ha enamorado! y yo sin enterarme. Voy a tener que irme también a una isla a ver si tengo tiempo de algo. Sea ud. feliz. Besos

lemoinestar dijo...

Pues sí, mucho mejores estas anotaciones que las que cualquier contable acostumbra a realizar y cuando el balance, entre botellas de uno u otro tipo, se llega a cuadrar, el resultado tiene que ser, por fuerza, positivo.

SWEETBEL dijo...

lanzamos una botella al mar, sabiendo que nos lanzamos nosotros a la maravillosa aventura de llegar a las arenas de la isla soñada. Nuestros deseos son tan transparentes como el cristal que encierra nuestro mensaje.

Imagine Photographers dijo...

Te deseo que la botella llegue a buen puerto.
Saludos

Ana di Zacco dijo...

Quizá sea la hora, quizá los días que llevaba sin leerle, don Joseph, pero su prosa me ha provocado escalofríos beatíficos.
Los hay de frío y los hay de lectura, no crea que no sé distinguirlos.
Un abrazo, admirado como siempre.

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