lunes, 11 de febrero de 2008

Caracoles

Y a pesar de todo, no estoy solo. Nadie lo está del todo. Tenemos nuestra sombra, nuestro reflejo, nuestra conciencia, nuestro dolor, nuestra alegría. A veces siendo solos, somos multitud.

Pero yo no me refiero a eso. Yo me refiero a las islas que flotan sobre el mar los días en que la niebla se levanta. Son millares y tengo la sensación (tengo la certeza pero no quisiera ser demasiado categórico) de que cada una de ellas vive habitada por su propio náufrago (a veces por una pareja, otras por un club social, en algunas puede que haya hasta un continente entero de náufragos deseosos de desearse y de darse muerte). Tengo tiempo, todo un prólogo de la muerte, para contarlas una a una y describirlas tal y como yo las veo, envolverlas en mis mentiras para mostrar su verdad.

Pero para que describirlas todas si es suficiente con describir una sola.

La isla.

El lugar en el que me gustaría vivir.

Es una isla pequeña. Es una isla coqueta y toda ella es síntoma de una mujer.

No sabe de volcanes. Tiene colinas. Dos. Tan suaves como los cielos antiguos. Tan hermosas que no se como coño terminar la comparación.

Tiene cavernas donde las voces se esparcen como lamentos y los fantasmas campan a sus anchas. Sobrecoge si, pero para ser sinceros, es imposible no querer sumergirse.

Tiene copas de árboles rizosos sobre las que descargan las tormentas más terribles. Después de la tempestad viene la lágrima y la isla se queda vacía y temblorosa. Dios, que isla tan bella.

Tiene la isla rincones creados para la desnudez y el sosiego. El sol inunda esos paisajes. No hace calor cuando llega el sueño.

Y el mar se detiene en sus orillas. Y el cielo se maquilla en su espacio aereo. Y yo quisera ser omnipotente para abarcar todos sus misterios. Pero no soy dios sino Pequeño y me basta con quedarme a vivir allí algún día (más mañana que al otro)

A veces pienso en coger una botella y pedirla que me deje ir. Igual va y me contesta y me dice que vaya. Todo es cosa de probarlo. Por botellas de ron, no será.

No está mal esta isla

10 comentarios:

Ligeia dijo...

Eres el prequeño dios de tus costas, de la arena que se escapa entre los dedos, disfruta de tu alrededor de vital primigeinismo (no sé si existe esa palabra, ya estoy inventando...). La isla es tuya y tú eres ya parte de la isla.

Un beso.
P.D.: Cada día me gustan más tus comparaciones hermosas.

Ana di Zacco dijo...

Me recuerda otra vez a la isla de la Piel Fria pero tb a la Isla de Morel y, sin saber porqué, tb al señor de las moscas.
Pero aún recordando a todas esas islas, la suya desde luego es única. Como la belleza de su descripción. Como si la estuviéramos viendo, igual.
Se le felicita, vive Dios que sí.

humo dijo...

Mi naufrago pijo está descubriendo su alma de compañero del alma.
Así, enamora.

irene dijo...

Creo que has descubierto la isla del amor, ¡disfrútala!.
Besos.

Chan ta ta chan dijo...

Y eso que dicen que una imagen vale más que mil palabras, como diría usted, dichosas excepciones.

Precioso :)

santos dijo...

Si yo fuera una isla sería perejil.

Me gusta porque está llena de monos.


El ron me sabe fatal. La primera vez que lo probé dije: puagh, una bebida indigna de piratas.

¿Por qué no bebían whisky? ¿Por qué?

sergisonic dijo...

caracoles con la isla, sr. cartaphilus. ¿existen catálogos? busco una.

abrazos,
sergi

Mr. TAS dijo...

hazme un hueco! jajajaj

JeJo dijo...

Creo que hay una isla para cada naufrago. Una costa donde hacer pie, una palmera donde apoyarse, una cueva donde refugiarse. Tenés suerte de haber encontrado tu pequeña gran isla. Hay nuchos, me incluyo, que nadamos y nadamos y no hay ¡tierra a la vista! ...

Luces-D-Bohemia dijo...

A las islas pequeñas como la que describes les gusta saber que tú estás a su lado, aunque a veces parezca que no te dejan arribar en sus orillas. Les gusta mirarte desde el horizonte cuando sienten que tú no las miras y les gusta, sobre todo, que las abraces en silencio cuando se quedan vacías y temblorosas.

Yo creo que tú ya vives en esa isla hace mucho tiempo. Antes incluso de que supieras que existía.

Besos (la ausencia me secuestró demasiado tiempo)

Template Design | Elque 2007