lunes, 31 de enero de 2022

Proceso de selección

Se me ha metido arena en el culo y empieza a hacer frío, como todas las noches. Creo que el confort térmico en este lugar de mierda dura diez minutos desde que se acaba el calor insoportable y comienzas a tiritar sin freno. En ese periodo son los mosquitos los que no te dejan olvidar que estás en el infierno. Y todo porque eres gilipollas, cosa que venías sospechando desde que fuiste consciente de que habías nacido.

No recuerdo todos los detalles, pero en principio aquello no tenía demasiada importancia. Fue mientras tomaba un café. ¿O fue tomando una caña?. No, miento. Me lo preguntaron en una entrevista de trabajo. Si, ahora recuerdo. Un tipo de cabeza afilada, ajos más afilados aún y mirada cortante. Calvo como si el pelo nunca hubiera existido. Cejas si que tenía. Afiladas, evidentemente. Olía un poco a sudor. Cuándo digo un poco digo bastante. Mucho en realidad. Qué te llevarías a una isla desierta?.  Puedes parpadear, le dije, Una pistola para reventarte los sesos, le dije. O lo pensé. Bien mirado, soy yo poco de decir esas pocas. Tampoco soy ingenioso. O lo soy pero no soy valiente. A lo mejor no soy ni ingenioso ni valiente. Un libro, le dije. Esto SI que lo dije. Lo sé porque el hombre comenzó a reirse. Y yo también. Un libro, alcanzó a decir, entre estertores. Valiente gilipollez llegué a escucharle. Y tenía razón. Pero se llevó una buena hostia.


Pregunta que que libro

No comprendió la inversión de roles.

Pero qué cojones estas haciendo

Otra hostia. Aproveché el impulso para colocarme entre la puerta y el tipo, que en cuclillas dejaba derramar la sangre sobre aquella camisa que había dejado de ser blanca hacía un instante.

¿Que qué libro me voy a llevar?

Era previsible un poco de silencio, la mirada ya por fin aterrorizada, el balbuceo, los dos puñetazos seguidos, el chasquido, la reiteración.

¿Qué libro te llevarías a una isla desierta?

No lo dijo de una sóla vez, hubo que ayudarle. Se trababa en el lugar, en la vocalización adecuada o en el interés por la pregunta. Cuando logró dar con tono, color y forma estaba ya bastante deteriorado y lloraba.

Me llevaría los pilares de la tierra subnormal.

No tengo claro si respiraba cuando me marché. Ya había respondido que mi mayor defecto era el perfeccionismo y que en cinco años me veía en pleno desarrollo de mi carrera empresarial en la compañía, en plenitud de sinergias con mi equipo y manteniendo intacta la proactividad que me había caracterizado durante aquel periodo, sin duda el mejor de mi desempeño profesional. No hizo falta romperle los dientes para que se interesara por la franja salarial en la que me movía, aunque lo hice de todas formas porque no afirmó con la honestidad que cabe esperar de un proceso de este tipo, que me llamarían para daecirme tanto que si como si no y que en caso de superar esa pirmera etapa, habría una segunda entrevista. Se olvidó de agradecerme mi particpación en el proceso de selección y yo no insistí en pedírselo. A las doce tenía otra entrevista y se me estaba haciendo un poco tarde.

0 comentarios:

Template Design | Elque 2007